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domingo, 17 de mayo de 2009

CAPT 13. Recuerdos dolorosos.

Mientras íbamos en el coche, escuchando una música relajante, yo miraba a la madre de Sofía. Era idéntica, la viva imagen de mi madre, descanse en paz... Dejé de mirarla y miré al frente, a la carretera. Un coche venía en dirección contraria. Iba a chocar con nosotras. De repente el coche dio varias vueltas de campana y cayó al suelo con nosotras dos dentro. El conductor del otro coche había sobrevivido, yo también. Me había hecho daño en varios sitios y creí que me había roto el brazo, pero podía moverlo perfectamente. Un chorro de sangre caía de mi frente hasta mis labios. La gasolina del Volvo azul oscuro se empezó a salir y el coche empezó a arder rápidamente. El hombre del otro coche me vio, me cogió y me alejó del coche ya que iba a explotar. Grité todo lo que pude, pero el hombre no me soltaba.
- ¡Suélteme! Necesito sacarla de ahí, suélteme. Es la madre de mi amiga. Por dios, ¡suélteme!
Empecé a llorar. Cuando el fuego llegó hasta el coche, hubo una explosión. Uno de los coches que pasaba por la carretera se paró antes de que explotara y llamó a los bomberos y a la ambulancia. Salió del coche y nos pregunto que tal estábamos. Cerré los ojos y recé que no hubiera pasado. De pronto estaba en el coche de Sofía, sentada al lado de su madre, ilesa, sin ningún rasguño. ni fuego, ni explosiones... Quizás su madre se parecía tanto que recordé como murió la mía. Ella murió y a mi me ingresaron en el Hospital. Llegamos al lado del instituto y le indique por donde teníamos que ir.
- Tienes que girar a la derecha y luego sigues todo recto.
Hizo la maniobra adecuada y giró a la derecha. Como siempre, me puse a mirar por la ventana. Pensé en como disculparme con Sofía, de veras, lo sentía tanto. Pensareis que soy una GOLFA... pero no, en serio, yo no soy así. Soy una chica normal, enamorada de un Vampiro al que amo demasiado y le estoy tratando... mal... muy mal. Pero, ¿como puedo ser así? Ahora mismo me doy cuenta de lo que soy, de lo que he intentado huir y en lo que me he convertido. Sí, sí, cierto, soy una GOLFA..., ¿no?
Llegamos a mi casa y le agradecí que me haya acompañado, luego me despedí. Entre en casa y saludé a mi padre.
- Llegas justo para la comida, por cierto, debiste haberme avisado de que te ibas a casa de tu amiga Sofía.
- Si, papa, lo se, no me he dado cuenta, pero no te preocupes, ya no volveré a ir a casa de Sofía, ya no somos amigas.
Lo bueno que tiene mi padre es que no se mete donde no le llaman, si le dices algo que él, sabe perfectamente que no le importa, te deja en paz, no pregunta. Me senté en la mesa, la cual, ya estaba puesta. Mi padre puso para comer cocido madrileño. Sonó el teléfono. Me levanté y lo cogí. Era Marcos. ¿Como había conseguido mi numero?




2 comentarios:

  1. Respecto a lo de la entrada anterior: no todo el mundo suelta tacos cuando escribe (yo por ejemplo).

    Saludos

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  2. Jajaja, hombre, algunos no somos tan... Cultos, pero disculpa si te molesta, puedo suprimir algunos de los insultos para que no parezca una entrada demasiado... vulgar. Bueno, hasta luego Vila, besos.

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