CAPT 14. Oscuridad plena.

Yo tenía el número de Marcos, pero él... no se cómo lo había conseguido. Descolgué el teléfono.
-¿Sí? ¡Anda! Hola Marcos, ¿cómo has conseguido mi numero? ¡Ah! Sofía... sí, bueno... oye te llamo luego.
Colgué el teléfono y me senté con mi padre a seguir comiendo.
- Esta muy bueno, papa.
- Sí, la verdad es que no hago comidas tan buenas.
De repente, todo se volvió en silencio y solo se oía el el ruido de nuestros tenedores chocando contra los platos.
- Y bueno... ¿que vas a hacer esta tarde?
- Pues... como siempre, en mi habitación, leyendo un libro.
- Scarlet, deberías salir un poco, que te de el aire libre, divertirte... ya sabes, esas cosas que hacéis los adolescentes.
- Pensaba quedar con Sofía pero dudo que quiera verme.
Mi padre se levantó y recogió los platos.
- Papá, esa es mi obligación, déjame.
Mi padre negó con la cabeza varias veces y no me dejó hacerlo.
- No, tu, quiero que bajes al desván y cojas una maleta que tengo abajo.
- ¿Para que?
- Mi compañero, Antonio, se va de viaje y necesita una maleta.
Me gire y bajé al desván. Estaba todo muy oscuro. Cerré la puerta y cogí una linterna. Volví a abrir la puerta y bajé abajo. Hasta con la linterna todo estaba muy oscuro. De pronto oí un ruido que me hizo girarme bruscamente. Se había caído un armario viejo al suelo. Otro ruido. Empecé a tener miedo. Parecía estar en una película de terror, en las que el asesino espera a que se te gasten las pilas de la linterna para atacar. Oí una voz que me resultaba familiar, muy familiar.
- A los vampiros no nos gusta que nos engañen ni nos utilicen.
Miré por todos lados y no había nadie, pero estaba segura, de que la voz que había oído, era la de Hugo, enfurecido.
- Sabes lo que has hecho, aun que dudo que te acuerdes. Los humanos olvidáis las cosas dolorosas con mucha facilidad.
- Hugo, se que eres tú. No se de que me estás hablando.
- Claro, claro que lo sabes. Tu y Marcos, juntos, en tu habitación, solos...
- Pero... fue él el que me besó, yo te quiero a ti, te lo juro.
- Yo ya no se que creer, además...
- Y tu, ¿por que te fuiste? Fue por mi, ¿verdad?
- Scarlet, no todo el mundo gira a tu al rededor -lo dijo con los ojos entrecerrados-. Me fui por que necesitaba alejarme un poco de todo esto, la población, de Marcos..., de hecho, no deberías estar con él.
- ¡Que no estoy con él!
- Él no es seguro, su piel, su fuerza, sus ojos, su forma de ser, ¿es que no lo ves? ¿no te das cuenta de lo que es?
Aun no estaba segura de saber lo que era, así que solo agaché la cabeza y le seguí escuchando.
- Él no es humano, igual que yo. Él ha matado.
- Tú no sabes nada... Puedes estar equivocado.
- Puede que sí, pero también puede que no.
- Él no ha matado a nadie...
Gritó y se enfureció aun mas.
- Pero vamos a ver... LA MALDITA COINCIDENCIA DE QUE CUANDO FUISTES A BUSCARLE DENTRO DEL INSTITUTO Y NO LE VIERAS...... cuando te atacó el Hombre Lobo.... ES ÉL SCARLET, POR EL DIABLO, ES ÉL.
Fingí que todo lo que decía era mentira y seguí defendiéndole.
- Estaría escondido... Pero, ¿como descubriste que me metí dentro del instituto a buscarle?
- POR QUE SE QUE LE APRECIAS. ¿ESCONDIDO? SCARLET, TU MENTE NO REACCIONA, DATE CUENTA, ERES NOVIA DE UN VAMPIRO Y, ¿NO TE CREES QUE TU... SUPUESTO MEJOR AMIGO SEA UN PUÑETERO HOMBRE LOBO? POR EL DIABLO QUE ME HA DADO LA VIDA.... ¡¡SCARLET!!
No quería escuchar más y salí corriendo. Subí las escaleras llorando desconsoladamente. Creo que Hugo se preocupaba por mí, pero parte de él, ahora, me odiaba.