CAPT 8. Demasiado real... Saquenme de esta pesadilla.

De repente, algo sucedió. Estaba en un lugar extraño, que nunca había visto. Parecía un laberinto. Había curvas, rectas, triángulos... ¿qué era todo aquello? Me había infiltrado en un mundo sin saber como. Ande un rato, sin saber a donde me dirigía. Delante de mí, había una puerta marrón. La abrí. Una luz blanca que salía de la puerta, me deslumbraba en la cara, creí que estaba en el cielo. Entré dentro. La luz se apagó de repente y estaba en el instituto. Me di la vuelta para volver al laberinto, pero ya no estaba la puerta. Me había quedado atrapada. De repente oí el gruñido de un lobo. Giré. Era el Hombre Lobo del instituto. Corrí hacia una clase. Cerré la puerta y recé para que no entrara. Cuando me di la vuelta, había otro Hombre Lobo detrás, hambriento. Mi única salida era saltar por la ventana (parecía que estaba en el primer piso). Abrí la ventana, pero no me dio tiempo, el Hombre Lobo se lanzó encima de mi para devorarme. Intenté hacer fuerza para quitármelo de encima, pero era imposible. Me iba a matar. De pronto, todo se volvió negro. Todo era un sueño. Levante de la cama, exhausta, como si hubiera sido real. Mi respiración iba deprisa, muy deprisa. Pegue un brinco y apague el ''Caset'' que me había dejado encendido. Miré el reloj, eran las 20:00 de la tarde, casi de noche. Mi padre entró en la habitación.
- ¿Bajas abajo? Están echando Sentido y Sensibilidad.
Sentido y Sensibilidad era una de mis películas favoritas. Me gustaba mucho esa película, no solo por que saliera uno de mis actores favoritos (Hugh Grant), si no por que es una película que te enseña a amar de verdad. Es una historia un poco liosa. El amor entre dos mujeres por uno, un amor equivocado. Como todas las películas románticas, las mujeres acaban con el hombre que debían haber escogido o él se da cuenta, realmente, de quien esta enamorado. Siempre finales felices.
Bajé abajo a ver la película con mi padre. Cuando salieron los anuncios, mi padre fue a la cocina y preparo algo de cena. Yo, puse la mesa. Él, mientras cocinaba, me hablaba.
- Y bueno... ¿que vais a hacer mañana? ¿Vais a ir al instituto?
- Aun no lo se. Pensaba en ir, pero si a ti no te parece bien, no voy.
- Ahora si haces caso de mi opinión ¿eh?
Le miré interrogante.
- ¿Y con eso quieres decir?
- Antes, cuando te he dicho que te voy a cambiar de instituto, mi opinión no valía de nada. Scarlet, soy tu padre, me preocupo por ti y...
- Que no papa, que no. Yo respeto tu opinión, pero ya te he dicho que el chaval ya esta detenido.
Le dejé las cosas claras. Una vez puesta la mesa, me senté y esperé la cena. En el fondo no tenía mucha hambre. Mi padre preparó unos simples San Jacobos. Los puso en la mesa y se sentó. Lo único que rompía el silencio de la cena, era la televisión. Cogí un poco de pan y lo puse al lado de mi plato. Se acabaron los anuncios y yo me adentré en la película. Era tan romántico y tan precioso.
Al terminar de cenar, me levanté y cogí los platos. Yo era la encargada de limpiarlo todo después. Mi padre se sentó a ver la televisión. Había terminado de limpiarlo todo y me senté con mi padre a terminar de ver la película. Él se quedó dormido. Yo no tenía sueño, ni mucho menos, y no tenía ganas de volver a dormir y tener esa horrible pesadilla. La película acabo a las 23:00. Desperté a mi padre y le dije que se fuera a la cama. Yo también lo hice. Como no tenía sueño, me puse a leer.