CAPT 10. Maldita noche en vela... Al menos no hay instituto.

El despertador sonó a las 7:00. Tenía los ojos como platos. Creo que me estoy volviendo loca. No es normal que una humana como yo vea estas cosas. A veces, me da la impresión de que estoy muerta o de que todo es un sueño del que aun no he despertado y de que Hugo es solo parte de él. Pero yo... yo quizás solo sea parte de esta maldita y asquerosa pesadilla. ¿Soy gafe? ¿Estoy maldita? Estas preguntas me las hago muy a menudo. Está mañana, después de desayunar, no oí el claxon del BMW de Hugo. Dormido no creo que se haya quedado... no duerme. Ya eran las 7:20. Bajé las escaleras para ir al segundo piso y abrí la puerta principal (¿cual si no?). Él aun no había llegado. Espere un poco más de tiempo. No aparecía. Ya eran las 7:30 cuando mi un coche parar delante de mi casa, pero, no era Hugo. Un señor de, mas o menos, 48 años (aproximadamente), aparcó su coche delante de nuestra casa. Mi padre salió muy contento a saludar a aquel hombre.
- ¡Antonio! Vaya hombre, cuanto tiempo. Scarlet, ¿te acuerdas de aquel hombre que vimos la semana pasada? Antonio.
Afirme con la cabeza, pero, realmente, no me acordaba quien era. Tenía un ojo marrón y otro negro, debía de ser ciego o tener algún ''fallo'' en el ojo izquierdo. Me despedí de mi padre y de Antonio y me fui andando. Algo le tenía que haber pasado a Hugo para que no hubiera venido a buscarme, algo muy, pero que muy importante. Tarde bastante en llegar al instituto. Llegue a las 8:00. Sofía estaba en la puerta, esperando verme con Hugo, o al menos es eso lo que yo creía.
- Hola Sofí.
- Hola Scarlet, ¿que tal?
- Bien, oye ¿sabes donde están Hugo y Erik?
- Si, se han ido con sus padres a Alemania.
- ¿Alemania? ¿Pero luego vuelven no?
- Bueno... De Alemania a España supongo que en avión se tarda como 8 o 4 horas, depende de si hay retraso o no.
- ¿Se puede saber que hacen en Alemania?
- Cuestiones de trabajo del padre... Ya sabes.
Me fui con ella a clase. No había nadie, todo el mundo estaba en el recreo. Otra vez no, por dios. Sofía y yo bajamos corriendo por si acaso. Los profesores cogieron un megáfono y nos ordenaron ir a nuestras casas.
- Oye, Scarlet, ya que no tenemos clase, ¿por que no te pasas por mi casa y hacemos un poco el gamberro?
Sofía se rió entre dientes y puso cara maléfica. Cogimos un autobús, ya que la casa de Sofía estaba en medio de la ciudad, la mía no. Por el autobús me estuvo contando varías cosas.
- ¡¡Tengo el messenger de Marcos!! Le he dicho que se conecte ahora.
Sonreí.
- Vaya, que guay, oye, ¿quieres mi messenger?
- ¿Tienes messenger?
Afirmé con la cabeza cerrando los ojos. Dejamos de hablar y me puse a mirar por la ventana. La ciudad era muy bonita, algo contaminada como todas las ciudades. Los coches lo contaminan todo. Bajamos del autobús. Tuvimos que andar un poco hasta llegar a su casa... bueno, hasta llegar a su chalet.
- ¡Vaya! ¿Esta es tu casa? ¿Por que vienes a un instituto público teniendo esta pedazo casa?
- ¿Eso que tiene que ver?
- Bueno, suponiendo que tu casa es un chalet de tres plantas, tendrás un pastón.
- El dinero no lo es todo en mi vida, Scarlet. Puede que sea pija y todo lo que tu quieras, pero, prefiero ser una chica normal, con amigas normales y un instituto normal.
La verdad es que no esperaba eso de Sofía.